Desde hace varios meses he dedicado los fines de semana a hacer reparaciones en mi casa. Me impulsan tanto la intención de hacerla un lugar mejor como el efecto de sensatez que me genera emplear el tiempo en algo con lo que simultáneamente ahorro plata y agoto los músculos hasta mejorarme moralmente. Claro, yo mantengo esa opinión impopular de que una paliza si bien no mejora el ánimo, a largo plazo mejora el carácter haciéndolo agradable y sincero, porque entre golpe y golpe se abre una ventana a través de la cual se ve un mundo al que uno debe someterse con mansedumbre, sin desconfianza, con la misma torpeza que las células se unen en la naturaleza y conforman un cuerpo de perro o una piedra.
1 comentario:
A mí me está faltando como juete por estos días.
Publicar un comentario