Una fracción de los hechos se pierde entre parpadeo y parpadeo





miércoles, 12 de enero de 2011

El camino a Los Amigos

Entre la Abundancia Los Amigos y mi casa había menos de un kilómetro de carretera destapada. Iba 2 o 3 veces a la semana por cebollas, cervezas y jabón. Me devolvía caminando, con el brazo templado por la bolsa llena de cervezas, estirando a cada paso la punta de los zapatos hasta algún punto seco.

Durante el recorrido notaba que se había secado un charco, que las moscas habían acabado al fin, después de semanas, con los desechos de un perro; que el verano había convertido una mierda gigante en una pasita seca.

El camino me parecía entretenido. Pasaban niños burlándose de mi. Eran muy pequeños, pero parecían serios, imputables. Podría golpearlos, pero les sonreía.

Jugaba con la bolsa. Veía hacia adelante. Una recta de 300 metros parecía el futuro, mediano, con árboles a los lados.



3 comentarios:

Ana María Mesa Villegas dijo...

Ese tiene que ser el camino del bien.

Susana dijo...

Me impresiona la cantidad de jabón

Jorge dijo...

El lujo más grande que uno se da en la pobreza es el despilfarro deliberado de jabón. Creo que me faltó poner los huevos, fuente proteínica sin igual, a 2.500 la docena.