Una fracción de los hechos se pierde entre parpadeo y parpadeo





domingo, 20 de junio de 2010

Volver caminando del parqueadero

Los domingos por la noche iba con mi papá a guardar el carro de la empresa en el parqueadero de La Patria, en el centro. El regreso lo hacíamos a pie y en el camino mediaban palabras muy escasas que casi siempre configuraban pequeñas preguntas y respuestas sobre el idioma, la bandera o la capital de otros países; a veces una anécdota, a veces una historia sobre un tigre.

La ruta de media hora pasaba inequívocamente en calma. Con una de sus manos rollizas mi papá me sostenía por la nuca y con la otra intentaba detener el tintineo de un manojo de llaves en su bolsillo. Las manos eran tibias y rugosas, nunca llovía, las cosas iban bien por defecto.

Solo una vez tuvimos que apresurar nuestro paso irregular, medio rengo. Ya estaba pasada mi hora de dormir, eran como las 9, y dos hombres calvos le estaban rompiendo la cabeza a un ladrón contra las rejas de un estanquillo. Por una ventana de la mano con la que mi papá me tapaba la cara alcancé a ver al ratero; la boca hinchada, tan grande, que casi tapaba una frente inmunda y desgraciada como un paquete de cigarrillos flotando en un lavaplatos. No se le veían los ojos y un golpe seco de hueso contra hueso anunció una fractura.

Esos días fueron malos, pero la imaginación, alimentada por los juegos de preguntas y respuestas, hizo su trabajo. Pronto me concentré en imaginarme la vida en Bulgaria, en Corea, en Noruega. Después las consideraciones sobre un viaje al centro de la tierra.

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Todo pasa, y cuando uno tiene que esforzarse para conseguir lo que antes se daba gratuito en la imaginación, piensa en el pasado, se concentra un poco y ve todas sus necesidades solucionadas con un grito. A veces todavía quiero que me limpien.

5 comentarios:

S E B A S T I A N G O M E Z dijo...

Elegantiiiiiiisimo, se me ajustó!

Luis Vélez Rodríguez dijo...

Me gustó mucho Jorge, muy buena.

CARAPÁLIDA dijo...

Me gusta mucho tu forma de describir las cosas...me conmueve.

Martín Franco Vélez dijo...

Qué putería su blog. Llegué tarde pero llegué. Y ya como que me quedo.

Jorge dijo...

Muy bacano que les gustó. Bueno Martín, bienvenido.