Una fracción de los hechos se pierde entre parpadeo y parpadeo





miércoles, 20 de octubre de 2010

LA CRUZADA SOCIAL


La luz entró por las persianas y empezó un juego de porcentajes: el día podía ser bueno o malo. No recordaba bien a cuál categoría habían pertenecido los días anteriores. Estos se habían dado exactamente de acuerdo a lo planeado, días corrientes, emotivos en medida tal que no generaban un impacto diferente a la sensación de apagar un cigarrillo en un charco.

Recordé lo que tenía que hacer por la tarde

TARDE

Desde la ventana veo las imágenes en hicopor de José y María, coloreadas y con la cuna dispuesta para el nacimiento de Jesús el próximo 24 de diciembre. De la cuna cuelgan chilindrines de papel metálico que ondean con pereza y se han despedazado gradualmente desde el último diciembre.

Ese pesebre, en el que José amenaza a María con un bastón de palo, es la puerta oriental de la Comuna San José, que veo desde la ventana, hoy a las 4:18 p.m, abandonado en la mitad de una clase de legislación laboral, en la Cruzada Social, una obra de amor, entidad sin ánimo de lucro.

Todos en el salón se parecen a un animal. Hay un grupo que habla sobre "el cuello que cae", un concepto de la modistería que Yulieth explica con buena mímica. Hay una saturación profunda, como si todas las conversaciones revueltas hubieran invocado el espíritu de un muerto por accidente. Paola y Jeniffer me miran, dicen algo y ríen y no sé si les gusto o si se me salió un pedazo de calzoncillo por encima de la correa. Steven sabe que no se puede burlar mucho porque al fin y al cabo él estudia secretariado y, en la balanza, saldría perdiendo frente al hecho inocente de ser mal profesor.

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Al final del día todos volvimos a lo mismo. Al cero inicial en el que nada había pasado y no era evidente la dificultad para interpretar, como un buen actor, lo que todos hacen bien de nacimiento.

4 comentarios:

Susana dijo...

¿Fuiste varias veces o sólo esa?

JuanDavidVelez dijo...

Que chimba, pero que rechimba de verdá.

He contado mil veces, pero una más no hace diferencia: mi mamá es profesora de matematicas de colegio, un tiempo (tres clases) presto un servicio social a solicitud de una señora, era en una casa-institución donde recibian y por ende vivian algunas putas que quería dejar de ser putas, mi mamá llegaba y me contaba como hablaban las muchachas.

JuanDavidVelez dijo...

Mi comentario anterior se me fue con una anécdota maternal, pero lo que yo quería decir realmente es que el texto está muy teso.

Jorge dijo...

Las clases han sido esta semana de 2 a 6 p.m, y en el mismo horario la próxima semana pero con un módulo diferente: Legislación Comercial. Cada que entro a una clase pienso una cosa para motivarme: 4 horas se demora una cirugía de apendicitis. 4 horas se demora uno yendo en carro hasta Medellín. en 4 horas se jugarían 2 partidos de fútbol y sobraría tiempo.

Cuando son más o menos las 4 yo pienso: "ya iría en La Pintada".