En la vitrina dan vueltas tortas fosforescentes y ponymaltas. La que nos atiende lo hace con gusto, cuidando su trabajo con pasos medidos, con palabras amables. Su discreción me hace suponer un noviciado minucioso de los modales, una instrucción sin margen de error que la llevó, como un trébol arrastrado por la corriente, a la Cafetería Montereal, con su logotipo anunciado en todas las cajas de cartón, rebosadas de crema, todas con el mensaje felicidades.
Su dotación completa de trabajo -un delantal, una libreta, un lapicero - es impecable. Lucha contra las moscas. Es una buena mujer.
27 comentarios:
Llave:
De esas mujeres siempre me enamoro.
Las piropeo. Las invito a lo que ellas mismas venden. Y siempre me ofrendan, con amor de sacarina, ñapa o vendaje que llaman.
Si por mi fuera, a todas las sacaría a vivir juciosas.
De esa categoría la mayoría me parecen adorables, menos las de los peajes, y el adefecio más grande de la naturaleza femenina: las mujeres policías.
Siguiendo con profesiones, no hay que juzgar todas las politólogas por una o dos politólogas que uno las haya visto tirando piscina en alguna foto de facebook, esto para bien o para mal.
Juan David, no creo que yo pueda lograr una composición mental de -politóloga tirando piscina-.
Como mucho, si la politóloga es de ONG me la imagino en Bahía Solano con bikini desteñido y tomándose fotos con negritos.
qué bonito, juanito, me imaginé a la señora y le tuve cariño.
los policías en general son un adefesio.
siguiendo con las profesiones, a mí los empleados públicos en general no me gustan. Son descomedios, descorteses, desagradables, desinformados y repelentes, cuando deberían estar agradecidos porque, a diferencia de casi el resto de los colombianos, tienen trabajo fijo hasta el final de sus días. y a esas personas, dios me libre, no quiero imaginármelas tirando piscina.
Juanito, como se nota que tu facebook está patinando en el eje cafetero, te sugiero mirar perfiles de muchachas bogotanas. Aunque no me creas te digo que allá hay politólogas bonitas.
Yo entraba a ver las fotos de una en particular, ella no es amiga mía ni siquiera en facebook pero yo veía sus fotos en piscinas, te mandaría el enlace por email como evidencia pero ya no tiene mucho sentido, porque ella ajustó el nivel de seguridad para que solo disfrutaran de esas fotos sus 340 amigos más cercanos.
(corrección: acabo de ver y tiene 720 amigos, yo supongo que todos ellos tienen acceso a sus fotos, pero no podría asegurarlo)
A mi me caen muy bien las viejas que logran una vida digna con un salario indigno. Eso es algo que logran con más éxito las mujeres que los hombres.
Margarita, eso de los servidores públicos tal vez es verdad, pero yo he tenido muy buena suerte últimamente. Las últimas veces solo me ha tocado entenderme con los amables. Sobre todo me cayó muy bien un man de la DIAN, un costeño, tal vez el funcionario más desinformado que yo haya conocido. Yo estaba allá para hacer una consulta de buen ciudadano, pero él no sabía la respuesta, entonces me dijo que averiguara yo y que si lograba algún resultado lo llamara y le contara antes de que llegara otro a preguntar lo mismo.
También me cayó muy bien una enfermera que me puso una vacuna hoy. Los que son la cagada son los funcionarios públicos de mediano nivel que tienen funciones de control, vigilancia o cosas así. Esos son como cabos con funciones administrativas.
Eso es verdad Juan David, mi Facebook está muy circunscrito al eje cafetero, región donde aún se ejerce la política como un oficio y no como una profesión. Un politólogo por acá se vería tan sobreactuado como un restaurante de comida conceptual. Usted ha ido por ejemplo a "El Cielo"? Allá dizque la comida es una experiencia, que cada plato es una emoción. Mejor dicho, yo creo que los politólogos son a la política lo que la comida conceptual es al hambre.
Me dejó con curiosidad lo de las fotos de esa politóloga.
Aquí en mi casa esas ocasiones se celebraban en Frisby, pero hace años; ya después nos volvimos más pulidos y vamos a unos restaurantes ahí donde los meseros son incluso más pulidos que uno.
A mi de esos meseros me da como pena, me hacen sentir muy inseguro, desde que los veo empiezo a pensar que yo no tengo tarjeta de crédito y que me van a hacer malacara cuando saque los billetes para pagar.
Ah, borró los otros comentarios y me dejó ahí solo confesando las celebraciones familiares en Frisby, todo bien.
No juanito, no fue eso, lo juro por dios, fue un accidente internetiano, por dios bendito.
Ah, entonces esper lo pego que ese comentario estaba muy chistoso:
"No juanito, yo nunca he ido allá, ni está dentro de mis planes a futuro. Con mi mamá en las grandes ocasiones íbamos a un restaurante que se llama Asados la 80. Grandes ocasiones en toda nuestra vida familiar solo hubo tres: grado de universidá de mi hermana, grado mio, grado de mi hermano. Lo digo porque el otro día en una conversación de pinchados dijeron burlándose de la poca elegancia del sitio algo asi como "eso ni en asados la 80", yo les dije "hey, allá son las grandes celebraciones de mi familia", el man se quedó un poco preocupado y apenado conmigo. Nunca he sido capaz de decirle a mi mamá que hay personas para las que asados la 80 no es muy elegante.
Pero ya casado y cuando me estaba conquistando a mi esposa yo si la invitaba a otros sitios igual o incluso más exclusivos que asados la 80. Abro un espacio para chicaniar: la primera (y única) vez en mi vida que comí cazuela de mariscos fue ya casado, para yo saber eso como se comía yo le pregunté al señor mesero "por favor decime que tiene que quedar en el plato al terminar uno de comerse eso", si mal no recuerdo el señor me dijo que solamente tenía que quedar una conchita ahí, asi que yo comí con confianza sabiendo que no me iba a comer ningún adorno ni ningún elemento no comestible "del plato" por equivocación. Inquiriendo sobre los elementos se come con mucha tranquilidad, creo yo pues. (lo que pasa es que yo pensaba (tal vez sobreestimando la cazuela de mariscos) que ella tenía elementos cuyo único fin era que uno se los chupara y dejara el sobrante en el plato, esto me ocurrio, sin duda, por hacer inconscientemente un paralelo con el sancocho que me resulta tan familiar) "
Yo le puse la versión extendida.
A una politóloga, por la misma razón que se toma fotos con negritos del Chocó, le debe parecer muy bacano un man encartado con una cazuela de mariscos. ¿Cual es la profesión de su esposa, Juan David?
Ella es ingeniera de sistemas juanito. Muchas gracias por recuperar y pegar el comentario.
Cuando Juandaví habló de politóloga en vestido de baño yo pensé en alguien como Carolina Sanín o @Catalinapordios, no en bkini desteñido en nuquí. Sin embargo, creo que lo que se imagina Juanito tiene más sentido.
En mi familia las celebraciones se hacen en Il Forno y es súper peye, porque el único que sale contento siempre es mi papá, que igual sale contento de todas partes.
El problema es mi mamá, que con los años se ha vuelto más y más jodona con la comida. Creo que en este momento sobrevive a punta de sopas, pasta carbonara, arepa con mantequilla y helado.
Lalu, ese Il Forno de ahí de las Palmas como encima de un Carulla me trae unos recuerdos alegres. Ninguna ocasión especial sino uno de esos días cuando uno almuerza y después toma, o toma con el almuerzo, sale prendido del almuerzo, se emborracha por la tarde, se mantiene con chorizos, toma más aguardiente, al otro día es domingo y uno se despierta con ese ánimo tan tergiversado del enguayabado y desayuna alguna cosa muy alinada con tomate y cebolla, alegrado por una noticia que no es que sea buena sino que da tranqulidad; algo como: no, tranquilo, lo del cáncer no era en serio.
Muy chistoso eso de tu mamá, Lalu. Lo de los papás es recurrente que a partir de cierta dad todo los complace y no diferencian entre unos zapatos de cuero y unos de charol.
Qué buenos recuerdos esos tuyos de Il forno!
Para mí Il forno es legar a las 5 pm a la casa con ganas de siesta porque qué llenura tan hp y que llame una amiga y uno salga y esté como hasta las 10 de la noche en un duermevela parecido a la borrachera y después emborracharse con aguardiente.
Yo tenía un amigo (que al parecer ya dejé de tener), que los papás eran clientes distinguidos del "Pancho Villa". Un restaurante -no de comida mexicana- sino como de otras cosas: carne asada, pollo, mojarra frita, las cosas normales. Ese man siempre que pasabamos por ahí me decía: ahí me llevaron a comer mis papás cuando hice la primera comunión. Y también me contó que otra vez fueron a celebrar otro gran momento familiar y que el papá le preguntó a un mesero:
-¿A cómo tenés la botella de guaro?
-A 35.000 don Gustavo.
-Ah, jueputa, que cosa pa' si ha subido ¿Y usté cuánto va a poner?
Que hijueputa risa.
En mi casa una vez me premiaron una ganada de año comiendo en un lugar del centro, uno de comida china, que me han dicho que no existe más. Se llama(ba) Chung-Hua, y tenía peceras en las paredes y los meseros eran vestidos como si fueran chinos. Una vez mi papá pidió un "arroz cantonés" y le trajeron una cosa ahí como toda pequeña, y el por no renegar en público se lo comió calladito, pero cuando salimos dijo: "Que hijueputa tumbada". Me acuerdo y me da una risa!
Llave:
¡Cómo van tus UNIVERSOS!
Estuve de tertulia cómico-musical-aguardientera, con "Permiso me desahogo", y os cuento, y escriba en el sumario, CHIPREVIEJO se iluminó al conocer una Bloguera de tanta lumbrera.
Juanito JUDICIAL:
Hay dos nuevas entradas en mi BLOG, una de mi socio Onésimo, y la última mía (real y efectiva, ¡pa chucho bendito).
Son temas caseritos y cotidianos...
¡Ya volverá la sórdida crudeza!
Abrazos,
brazos de reina,
mojicones
y pan aliñado.
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