Una fracción de los hechos se pierde entre parpadeo y parpadeo





domingo, 5 de septiembre de 2010

Bogotá

Engañosamente adormilados como sargentos trasnochados, colorados a fuego lento, sutilmente superiores. Viven en apartamentos separados del mundo por tres pares de cortinas. Allí deben cortejarse como todo el mundo, con su melancolía átona, arrimándose al otro con mimos de perro recién cagado.

En un parque de la Defensa Civil un señor atlético juega basketball solo, prueba su resistencia, se atreve a desafiar el ridículo de vencerse a sí mismo.

No me gusta esta ciudad.

Sola una cosa me recuerda que estoy en el mundo: un niño preguntándole a la mamá si los gallos son malos.

49 comentarios:

JuanDavidVelez dijo...
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JuanDavidVelez dijo...

De Bogotá, pues yo he ido un par de veces y no conozco nada, de cuando fui logre concluir que los pollos kokoriko de allá son muy buenos, apenas para una ciudad capital de latinoamerica. Me da mucha curiosidad Bogotá.

JuanDavidVelez dijo...
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JuanDavidVelez dijo...

La idea de vencerse a si mismo a mi no me parece ridícula.

JuanDavidVelez dijo...

Me refiero a uno decir "la chimba, yo soy capaz de entender tal cosa, o yo soy capaz de aprender a hacer tal cosa".

Ángela Cuartas dijo...

Entiendo que no te guste. Yo la amo en pasado, solamente cuando la pienso. Cuando pasan cosas raras con la luz también la amo: http://tinyurl.com/2us2ghn
La luz de Bogotá es muy especial. Y Bogotá es muy agresiva.

La foto la encontré en el blog de un man llamado Andrés Villaveces, supongo que es de él.

Jorge dijo...

A mi antes me gustaba pero esta vez le vi todos los defectos.

Ve, Angela, no pude ver la foto, como que tenemos un problema con los enlaces.

Martín Franco Vélez dijo...

En cambio yo, que jamás pensé vivir en esta ciudad, completo ya once años y debo confesar que me gusta. Mucho. Sé que la gente es prevenida, seca, que las calles son peligrosas, que montarse en un taxi es un suicidio y, sin embargo, cada vez me gusta más. Hace poco leí Sin remedio, de Caballero, y me enamoré aún más de esta Bogotá sórdida y caótica. No sé por qué, pero son muchos, muchísimos, los que me dicen lo mismo que usted; a mí, en cambio, esa soledad de sus habitantes, esa apatía, ese poder hacer lo que sea sin que la gente esté pendiente, es lo que, paradójicamente, más me gusta. Tengo que confesarlo: si ahora mismo tuviera que volver a Manizales, me daría duro. Muy duro.

Jorge dijo...

A mi antes me gustaba por esas mismas razones, pero muchas veces solo hace falta un detalle insignificante para que todo se vaya al suelo. Las alcantarillas estaban rebosadas, me mentaron la madre, ya no me gustó.

S E B A S T I A N G O M E Z dijo...

A mi si me gusta, y creo que me gusta es porque el 90% de las veces que he ido, he estado de buen genio, de buen ánimo. Además quienes me han recibido han sido muy queridos, muy pacientes y muy generosos. Un día sí la odié mucho, pero después la perdoné tomándome un chocolate con pan de nueces y queso fresco en La Florida. Me pareció bacana. Y me le emputé porque estaba haciendo un reclamo en una institución estatal, y yo no sé si es que el acento antioqueño es muy agresivo o qué, -yo estaba hablando normal, un poquito acelerado-, y un señor me dijo:

-Mire, pero es que aquí vienen ustedes a mandar, a regañar, a tratarlo a uno mal.Si le baja a su acentico, nos entendemos, hemano.

Me emputé con todo Bogotá por culpa de esa gonorrea: "ustedes", "acentico", "hermano", me emputé, no pude evitarlo.

Yo yo no sé qué es la maricada con el hijueputa acento. Molano, en la columna d El Espectador también lo vive insinuando esa gente "de acento paisa". El uribismo les habrá dado muy duro o yo no sé cuál es la maricada. Y muy de acuerdo con lo que dice Martín Franco sobre SIN REMEDIO.
Si esa ciudad ha tenido dos cosas buenas son:
-SIN REMEDIO y SIN SALIDA (la banda de hardcore de los 90). Por esos dos detallitos también la quiero.

taranto dijo...

Llave:

Una vez que estuve allí, en esa sabana-sábana donde cohabitan mostrarios de toda la revoltura de corazones rojos y negros colombianos, me azotó una brisa puntilluda, y se me incrustó en la pupila izquierda una chispa de lluvia ácida. Desde ese día oculto un ojo encendido.

Abrazos, como siempre.

Ángela Cuartas dijo...

Aquí va la foto otra vez.

Juan Vásquez dijo...

Tengo pocas referencias de Bogotá: Es la ciudad en la que he tenido que hacer escalas para viajar a otras partes; es la ciudad a la que tuve que ir a pedir la visa, me emborraché y casi no llego a la cita; Y la última referencia va ligada al recuedo de una de las mujeres más bonitas y loquitas con las que he salido, les cuento: Resulta que salí con ella unas pocas semanas, un jueves la llamé y quedamos en vernos a las cuatro de la tarde para hacer algo (cualquier cosa inespecífica) la llamé a las 4:05 (ustedes saben, aquellos cinco minutos) y la mamá me contestó y me dijo que se había ido a vivir para Bogotá. No sé nada más de la Capital, aunque me gustaría conocerla.

Jorge dijo...

Ángela, definitivamente nuestra comunicación vía enlaces es como complicada. Eso no es culpa tuya, yo creo que hay cosas mal diseñadas.

A mi me parece que Bogotá sí es agresiva, caótica y esas cosas que ustedes dicen, pero lo es por derecho propio, como un adolescente fastidioso que no ha hecho méritos para responderle al rector de la universidad, pero que lo hace con todo el ímpetu.

Además creo que los rolos de mi edad,en su gran mayoría, hablan como si estuvieran trabados y los que no, hablan como policías. Allá no hay un punto intermedio, o tal vez yo me he relacionado mal.

Jorge dijo...

Hay que aclarar que a mi no me gusta la gente trabada.

Anónimo dijo...

A mi me parece que la apatía de Bogotá es una apatía fastidiosa...no es una apatía cortés o inteligente...es una apatía burda, llena de resentimiento, de desconfianza. Es muy distinto ignorar a la gente con respeto o ignorarla con buenos modales. A veces la gente confunde la indiferencia con la mala educación. Por eso Bogotá no ha logrado ser una ciudad cosmopolita...porque sus habitantes están obsesionados con la idea de la soledad, de la independencia y de las leyes de la supervivencia.

S E B A S T I A N G O M E Z dijo...

Anónimo:

Qué vá!, cuál individualismo y cuales ganas de ser independientes y cuál soledad. Allá se vive lo mismo que en cualquier ciudad de América Latina. A la gente le gusta reunirse y hacer cosas juntos y salir a la calle. Ese cuentico aquí no lo vas a vender tan fácil.

Yo lo que creo es que todos los rolos se tragaron muy bien el cuento de que en Bogotá uno debe desconfiar de todo el mundo. Porque hay muchos gamines y gente muy rara y muy cochina que huele horrible y no se baña, como en todas las capitales grandes del subcontinente, pero qué cosmopolita va a ser! El cosmopolitismo es un fenómeno demográfico. Allá si mucho vivirán argentinos y venezolanos y esos europeos que llegaron jodidos en la posguerra y que ya se volvieron tan sabaneros como todo el mundo. Será cosmocolombianista. Pero no está mal, muy chimba me parece. Pero ese cuentico pues de que Bogotá la-gran-ciu-dad...pffffff, empacámelo y me lo como cuando llegue a Pereira.

¿Anónimo, y qué apatía no fastidia?

Jorge dijo...

No, Sebastián, yo ahí no estoy de acuerdo con usted. Por ejemplo a mi me parece muy bacana la apatía británica, que es menos posuda, consecuencia de una conciencia colectiva flemática labrada en las cortes, en las guerras, en las revoluciones.

Lo de Bogotá me parece que es una pataleta de ciudad caótica con ínfulas de cosmopolita. La desconfianza no se basa precisamente en la existencia de gamines y desadaptados. De eso, por ejemplo, hay mucho en Medellín y la gente no es tan desconfiada, de eso hay mucho en la costa, de eso hay mucho en San Andrés, de eso hay mucho en Nueva York y ni siquiera allá la gente es tan desconfiada.

Lo de Bogotá es más un problema de estilo.

Allá yo he visto muchos judíos, muchos ingleses, alemanes, pero la residencia de esas personas fenotípicamente diferentes nunca van a convertir a Bogotá en una ciudad cosmopolita. De eso también hay en La Paz.

Jorge dijo...

*nunca va

Además, puede que yo sea muy conformista, pero por qué puede ser vista como una virtud, la agresividad de una ciudad? No es una pregunta retórica, es una pregunta fundada en la curiosidad.

Yo prefiero a Manizales que parece una vieja aburrida, puta y solapada.

Ángela Cuartas dijo...

Entonces me rindo, Juanito. Se veía Monserrate, el cielo pesado, con muchos grises y una nube gigante, la más oscura y amenazante. Al mismo tiempo, en la misma zona, una luz entre amarilla y anaranjada, de la que solo se ve en ese clima, con esa contaminación. Esa nube pesada que parece querer aplastar no solo el cielo sino también los cerros y toda la ciudad, pero que al mismo tiempo deja pasar un rayo de luz distinto y muy cálido, se me parece al miedo que está amañado en la ciudad y que la hace lucir tan agresiva.

PABLO CUARTAS dijo...

Una ciudad cosmopolita... ¿sin metro?

Sí, ya sé: en Medellín, como en las familias en ascenso social, falta lo esencial pero hay metro. Peor aún: ya van a cambiar los vagones porque tienen 15 años. Están muy viejos. Le van a comprar unos nuevos a los franceses que, montando en vagones de cien años, se reirán como un vendedor astuto que se lucra de las extravagancias de los nuevos ricos.

Todas las ciudades con metro no son cosmopolitas, pero todas las ciudades cosmopolitas tienen metro. Yo sé que es una reducción, y no faltará un ejemplo que señale lo contrario. Pero eso pienso desde que un amigo, que pasó su juventud en una cosmópolis, me dijo refiriéndose a Bogotá: “Para mí una capital que no tiene metro no vale nada”.

En fin...

Lo que hay en Bogotá es unos personajes que serían sólo enternecedores si no fueran peligrosos. Yo les temo, de verdad, porque con el centralismo colombiano una de estas lumbreras puede ser ministro alguna vez. A uno, en una pastelería francesa en La Candelaria, le oí decir alguna vez: “Yo me quiero morir de cáncer en la garganta... como Freud”. Luego se paró y a la señora que atendía, una colombiana que saluda en español a todo el mundo, le pidió cualquier cosa en su francés de Anapoima. Se sentó de nuevo y dijo: “Eso es lo bueno de Bogotá, marica... que es cosmopolita. No como Medellín que es un pueblo con Carrefour”.

Esa vez yo iba, precisamente, a tomar clases de francés con un señor excepcional: Jaime González. Por gente como él, por el barrio La Magdalena y dos o tres panaderías, he pasado meses memorables en la metrópolis de Cundinamarca.

Jorge dijo...

Yo creo que lo que identifica a Bogotá como ciudad cosmopolita es una cantidad enorme de gente movilizándose en desorden; pero los conceptos tienen un límite y es por eso que una playa grande no es necesariamente un desierto, aunque su definición se parezca tanto.

Como dice Pablo, le falta el metro, pero le falta más.

O tal vez le sobra la intención de hacerse cosmopolita. Sin ese defecto podría ser agradable.

Jorge dijo...

http://es.wikipedia.org/wiki/Cosmopolita

Susana dijo...

A mí me pasa lo mismo que a Sebas, como siempre he ido de paseo, tengo una imagen muy bacana de Bogotá en la cabeza.

La primera cosa en la que pienso cuando pienso en Bogotá son las Torres del Parque, con ese parquecito al lado donde la gente juega con perros, esa vista tan bacana y los restaurantes más arriba.
También pienso en buses que huelen a humedad, tienen marcas de pelo grasoso en las ventanas y asientos peludos con pulgas, pero como estoy en mood paseo, me parece curioso en vez de peye.

maggie mae dijo...

Yo nací en Bogotá y viví allá hasta los 8, no recuerdo cosas horribles de Bogotá, pero también supongo que era una ciudad distinta, un tiempo distinto. Seguí yendo por muchos años de vacaciones, como Lalu, de vacaciones todo lo peye se convierte en novedad, en cosa excéntrica, de vacaciones las cosas cochinas de la capital, que son muchas (muchas más que en Medellín o Manizales) son soportables.
Cuando estaba por terminar la universidad, mi madrastra me ofreció que me fuera a vivir allá a hacer la maestría. Me pareció una idea buenísima, y en un viaje que hice a revisar cosas en la biblioteca nacional, me di cuenta que nunca podría vivir allí, me pareció, esa vez, con la perspectiva de encontrarme con todas esas cosas que han mencionado en la vida diaria, algo muy parecido al infierno. y pensé, ay, que algo impida que no me vaya para Bogotá, y chan, me propusieron matrimonio (después me confesó, el que ahora es mi exmarido, que lo hizo porque si me iba, me perdía, jejeje).
De Bogotá tengo buenísimos recuerdos, de infancia, de mi papá, allí vive gente que amo, pero no sería capaz de vivir allá.
En realidad, las ciudades grandes no me gustan mucho, a veces quisiera que me saliera un trabajo en un pueblo para irme un rato de aquí.
Juandaví, el pollo en bogotá es buenísimo. y las panaderías son mil veces mejores y tiene cosas de gran ciudad que no han en las otras ciudades de este país, pero se pueden disfrutar en vacaciones.
Sebas, "empacámelo y me lo como cuando llegue a Pereira". Me he reído un montón con esa frase. jajaja.
Juanito, qué no te gusta de la gente trabada, ¿que cuando hablan no tienen sentido? ¿que hablan despacio y estiran las letras innecesariamente? ¿qué?
La luz de Bogotá es bonita, muy bonita. y la vista de Monserrate me parece sublime. De la ventana del apartamento de mi papá se veía.
Esto se me fue como largo, ahí me perdonan.

maggie mae dijo...

se fue tan largo el comentario que me salió un letrero que decía que estaba muy largo. Perdón. (aunque igual lo publicó)

maggie mae dijo...

me sobra un no en una frase. Perdón otra vez.

Ángela Cuartas dijo...

Teniendo en cuenta el link de Wikipedia que puso Juanito, confirmo lo que he estado pensando todo este tiempo: esa preocupación por si Bogotá es o no cosmopolita la tiene muy poca gente, si alguna. La ciudad es otra cosa, otra gente, otra realidad y otras preocupaciones. El man de la pastelería francesa, con ánimo de ofender, es un tipo que se cree cosmopolita pero en realidad tiene una mentalidad panda. Yo creo que preocuparse por esa noción de cosmopolita que tiene ese man es un escándalo, teniendo en cuenta la situación de la ciudad. No sé nada de la verdadera situación de Bogotá, pero no hay que ir muy lejos, caminar por ahí para darse cuenta, mínimo, de la crisis de desplazamiento tan hijueputa que hay. Que tenga metro, por ejemplo, es muy necesario en muchos sentidos pero no por consideraciones de pastelería francesa.

S E B A S T I A N G O M E Z dijo...

Es que no es cosmopolita. No y no y no.
Y yo digo que la gente es cochina y no se baña es por el puro ánimo de ofender y ya. Pero pa' cochinos los que yo he conocido en Medellín. Un man que diario se estregaba una chocolatina en un diente, siempre en el mismo diente, con el afán de que se le pudriera, y lo logró. Eso yo no lo he visto en ningún lado. Ni aquí que es la ciudad donde se ven unas cosas que no me las creerían si las cuento.

Pero volviendo al cosmopolitismo de la capital. Pues es que es muy fácil uno comparar y salir ganando cuando dice que en Bogotá hay muchas cosas, pero lo compara con Medellín, con Ibagué, con Sincelejo... Así muy fácil. Pero sí, esos niveles de indigencia allá son escandalosos. Además como es fría todos esos gamines son llenos de trapos y así huelen más.

Ellos dicen, que en Medellín no hay nada, y listo... No hay nada. Pero en Medellín rara vez presumen con cosas presumibles. Allá le dicen a uno que la feria de las flores, que las silletas, que el edificio inteligente, que el balcón de El Tesoro, que la pista de patinaje sobre hielo en aquellos tiempos... Pero no alardeando con maricadas de que allá viven muchos extranjeros o que hay restaurantes de no-se-qué-comida. En fin.

Jorge dijo...

Maggie, lo que no me gusta de la gente trabada es que se comporta como si la sobriedad fuera un pecado.
Por ejemplo en Bogotá salí por ahí en una moto después de mucho tiempo, pero no estaba trabado y sentí que estaba pecando. Bacano estar sobrio y no sentirse tan bobo.

Jorge dijo...

¿Es indispensable trabarse para ser cosmopolita? ¿Se puede ser un ciudadano del mundo estando sobrio?

Ángela Cuartas dijo...

Sebastián, Medellín sí tiene de qué alardear: las subculturas urbanas. Qué cosa tan impresionante, yo no le he visto en ninguna otra ciudad del mundo (de las tres que conozco). Pero es en serio, completamente en serio, que en Medellín los jóvenes son muy originales en eso de inventarse subculturas.

Jorge dijo...

Ángela, tal vez yo exagere, pero no te parece que Medellín en conjunto es una subcultura?
En una época a mi me parecía que Medellín era una ciudad insulsa, una cuneta llena de montañeros con plata, de industriales ramplones orgullosos de su terruño de una forma fastidiosa.

Ahora pienso que eso no es tan malo. Esa convicción hace a Medellín potencialmente diferente. De todas formas el primer paso para uno quedarse dormido es hacerse el dormido.

JuanDavidVelez dijo...
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JuanDavidVelez dijo...

Que rechimba ese comentario de juanito de "medellin es en conjunto una subcultura"

JuanDavidVelez dijo...

Meto mi cucharada, a ese respecto de ciudades a mi me gusto mucho y me identifico plenamente con algo que puso juanito en el blo de Ana, acá lo copio

"Desde que crecí, pero desde que crecí de verdad, no desde que me salieron pelos, sino desde que pude enfrentarme con cierta discreción (una especie rudimentaria de la valentía) al mundo, sin la necesidad de ese respaldo gaseoso de un apellido conocido, le he visto la verdadera gracia a Manizales... Esta ciudad en la que ya hay nuevos ricos, llena de cacorros sin pena, de prepagos que alternan con un trabajo en UNE, de periqueros, pero también de esos rezanderos que se enorgullecen de Salamina como el antecendente más apropiado de Manizales.

Eso me gusta de Manizales, ese clima de edad media que uno intenta desvirtuar cuando nadie lo ve." ([2010] Efectivo, juanito)

Medellínes hay varios, el Medellín en que yo he vivido y conozco se puede ver claramente en estas peliculas de Victor Gaviria: Rodrigo D, Sumas y Restas (la vendedora de rosas no sé porque el mundo de los gamines no lo frecuento). y también esta Medellin en la pelicula Rosario tijeras.

Yo soy de la más pura clase media, pero el almuerzo de sumas y restas, y en general toda la pelicula, ese es el medellin en que yo he vivido, pero ojo, sin ser yo mafioso ni haber tenido vinculos realmente cercanos con mafiosos, pero esa pelicula es el medellin que yo conozco.

Obvio que mi comentario no agrega nada, solamente decir "vease esa pelicula socio, pa que vea".

JuanDavidVelez dijo...
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JuanDavidVelez dijo...

En el comentario de juanito de las 7:12, me pareció muy bacano eso de todo una subcultura, pero yo no comparto el comentario en general, en realidad me parece una visión bastante cula de Medellín, cula en el sentido de ser una vision más bien boba y equivocada, mejor dicho me parece un simplismo. Lo digo pues con respeto.

¿existen algo que se llame simplismo? ¿o estoy montañeramente y con plata innovando en el idioma?

JuanDavidVelez dijo...

Soy un guevon, el comentario de juanito no es bobo, al contrario, es acertado, el unico error es lo de los montañeros con plata. Los que tienen plata si son montañeros con plata, pero tambien somos muchos montañeros ramplones y sin plata, eso es lo unico que no comparto del comentario. Que gueva yo, lo acepto.

Yo estaba reivindando a los que somos montañeros sin plata en medellin, es que me senti ofendido ante la exclusion.

El comentario de juanito ya no me parece bobo.

Ángela Cuartas dijo...

Juanito, yo tengo una vasta experiencia en ciudades cosmopolitas y no cosmopolitas y te puedo decir que tu comentario es acertado. Sí me parece una subcultura, pero me parece imposible definirla. Y también me sigue pareciendo que las sub-subculturas de Medellín son muy bacanas. Creo que sobrevaloré a los muchachos paisas al decir que eran buenos inventando subculturas, no sé si se las inventan, lo que sí sé es que se las toman muy en serio y las viven ardorosamente tanto en los parques de cemento y tablas como en los parques de mangas de Medellín. En Bogotá, tan cosmopolita ella, en cambio uno no ve que ellos vivan eso con tanto ardor contemporáneo. Uno ve demasiado punketo y metalero recién sacado de una máquina del tiempo.

Juandaví, yo también tengo una vasta experiencia en palabras y la palabra simplismo no te la inventaste vos. Tranquilo.

Jorge dijo...

Pero vea, Juan David, los montañeros con plata, contrario a la percepción generalizada, a mi me parecen gente de muy buenos modales. Esa gente es acogedora, simple y un poquito tacaña con la loza (ese es un detalle en el que uno se da cuenta fácilmente que alguien no es rico de cuna).

Jorge dijo...

Ángela, hay un rasgo muy propio de esa subcultura: yo no he vivido en Medellín, pero voy más o menos una vez cada dos meses y viví en Rionegro. Lo que más recuerdo es que allá me daba pena que algún señor me viera con las manos en los bolsillos, sobre todo después de que Uribe regañó al hijo frente a Bush y la esposa por esa misma razón.

En Medellín es muy importante hacer parecer que uno está ocupado y sobre todo felizmente ocupado.

Allá es muy mal visto que uno no quiera ser rico. En la riqueza se funda todo el ego del paisa. Juan David, por eso fue que no incluí a los paisas pobres en mi descripción.

Ángela Cuartas dijo...

Juanito, gracias por ayudarme en la definición. A mí me cuesta mucho trabajo hacer esos análisis sociológicos, pero creo que el tuyo es acertado. ¿Uno cómo puede ser tacaño con la loza? Eso no lo entiendo. ¿Usando la bonita sólo en momentos especiales? De verdad no entiendo. Debe ser que no entiendo porque yo no soy rica de cuna.
Qué risa lo de las manos en los bolsillos. Yo no vi ese regaño de Uribe, me habría encantado verlo.

No me aguanté y te mando otra vez el link. Este es el blog del man, que parece ser muy cosmopolita: http://andresvillaveces.tumblr.com/archive

La foto la montó en Agosto 28.

Jorge dijo...

Muy bacana la foto, Ángela, ahora sí funcionó. El cielo parece la antesala de un mensaje de Moisés.

No quiero que malinterpretes lo de la loza. Para las señoras de Medellín es muy importante la loza. Tal vez fue un mal ejemplo.

Hay una cosa que sí es clara, y es que los hombres de Medellín no es que sean tacaños con la ropa, sino que les parece afeminado ponerse ropa cara.

JuanDavidVelez dijo...

Que foto.

Lo de la ropa cara es incorrecto. Acá los hombres con mucho billete y los de poquito billete si se ponen ropa muy cara (sé que por ser chichipato estarán pensando: no juandaví, unos bluyines de 100,000 pesos no son caros, pero aunque yo no sé cuanto vale la ropa cara yo si sé que se ponen ropa cara, sin yo saber el precio la verdá). Los de la clase media somos los que compramos ropa más bien de buen precio. Estoy seguro de lo que estoy diciendo. Lo que si es verdad es que aun con la ropa cara y con sus sirvientes detras, ellos creen que lo que tienen en la mano no es un blackberry sino un azadon, y creen que esa camiseta carisima que tienen es exactamente la misma que compra el pueblo, ellos juran que todavía hacen trabajo de jornaleros, cuando en realidad nunca lo han hecho.

Me acuerdo como si fuera hoy oir a ricos tradicionales en los años 80 criticando a los mafiosos por ostentosos y por gastones, me da risa verlos a ellos hoy con gastos de ese tipo, en todo. Juanito, acá la austeridá se perdió, que vaina con los valores (jajajajajaja).

S E B A S T I A N G O M E Z dijo...

Juanchito, que pena llegar tan tarde.
¿Pero de qué subculturas hablás? No entendí muy bien. Explicáme. ¿Subculturas es eso de Hip Hop, punks, Hc's, Hipsters y eso que llaman Tribus Urbanas?

Yo si me asombré mucho hace unos años que fui. En la villa del Aburrá, en la plazoleta de esas había un combo quisque "los medieval", y tienen espadas y palos y cuchillos y se visten con capas. Y hablan como si estuvieran leyendo un cuento de Marcial Lafuente Estefanía.

Yo todo borracho le dije a uno: hey parce y ¿nunca les ha ocurrido un accidente con esas espadas? Me dijo que no, y me explicó que armaban "batallas" entre ejércitos distintos con nombres como sacados de esos juegos de rol. Y yo le pregunté también que si alguien los había braviado por ahí, y el man dijo: "tratamos de nunca meternos con los aldeanos".

Juanchito, vos me has creado una curiosidad grandísima con Manizales.

Y sí, un paisa sin propiedades es el hombre más desgraciado sobre la tierra.

S E B A S T I A N G O M E Z dijo...

Juanchito, que pena llegar tan tarde.
¿Pero de qué subculturas hablás? No entendí muy bien. Explicáme. ¿Subculturas es eso de Hip Hop, punks, Hc's, Hipsters y eso que llaman Tribus Urbanas?

Yo si me asombré mucho hace unos años que fui. En la villa del Aburrá, en la plazoleta de esas había un combo quisque "los medieval", y tienen espadas y palos y cuchillos y se visten con capas. Y hablan como si estuvieran leyendo un cuento de Marcial Lafuente Estefanía.

Yo todo borracho le dije a uno: hey parce y ¿nunca les ha ocurrido un accidente con esas espadas? Me dijo que no, y me explicó que armaban "batallas" entre ejércitos distintos con nombres como sacados de esos juegos de rol. Y yo le pregunté también que si alguien los había braviado por ahí, y el man dijo: "tratamos de nunca meternos con los aldeanos".

Juanchito, vos me has creado una curiosidad grandísima con Manizales.

Y sí, un paisa sin propiedades es el hombre más desgraciado sobre la tierra.

Jorge dijo...

Sebastián, muy chistoso eso de los medievales. Yo me imagino por ejemplo que en la Edad Media hubieran existido futuristas y se vistieran como nosotros. O que empezaran a andar por ahí renacentistas o gente vestida de Hernán Cortés. Lo que es aún más curioso es que cosas como esas causen una rivalidad, aunque como usted bien anota, por lo menos los medivales evitan meterse con los aldeanos.

Yo digo lo de Medellín como subcultura, refiriéndome al ciudadano promedio, no contaba con los medievales de Medellín.

Claro que seguramente todas las ciudades son subculturas. Por ejemplo yo creo que Manizales no es una ciudad tan especial, es sólo que es la que mejor conozco.

juankvillegas dijo...

Me gusta... la historia y la ciudad.