Una fracción de los hechos se pierde entre parpadeo y parpadeo





lunes, 26 de julio de 2010

El cambio de día

Uno de los espectáculos más extraños que he visto es lo que los pasajeros de avión llaman El cambio de día. Se ve, casi como suena, que de cierto punto en el cielo hacia atrás es de noche, y hacia adelante, de día.

Es curioso pensar que por cuestión de unos pocos metros no ha amanecido en un lugar y en otro sí, y que uno desde arriba puede reconocer plenamente la diferencia.

***

El viernes, utilizando músculos inusuales para vomitar, oyendo el ronroneo extraño de la gata al otro lado de la puerta, curiosa, como estrujando por ver la función que daba yo, un cuadrumano arrodillado y pálido escupiendo pedazos de comida procesada, pensaba, como es usual a las tres de la mañana, que en otro lugar del mundo, más al occidente, otro hombre ya se habría sobrepuesto al malestar de la noche anterior y estaría por ahí, tranquilo, vendiendo sus productos puerta a puerta.

15 comentarios:

Ana María Mesa Villegas dijo...

En el vuelo a Argentina que hice hace poco, después de un rato de no "mirar para afuera" me sorprendí al mirar por la ventana: el sol se había puesto rojo, era rojo y se veía como paralelo al avión y de ahí (ahí pues, trazando una línea perpendicular desde el sol donde yo lo veía en el horizonte, hacia la tierra) para allá, (o sea como yendo para Japón) era de día.

Susana dijo...

A mì lo que me pasò fue que en el vuelo a NYC vi unas estrellas todas distintas de las que se ven desde Colombia.

Yo no soy muy fan de la astronomìa ni nada y a duras penas distingo la Osa mayor, pero sì se notaba que el cielo era distinto

Jorge dijo...

Ah, a mí sí me gusta mucho la astronomía. Un astrónomo me parece como una versión más universal de un curador urbano.

Las cosas del universo me apasionan mucho, pero por ejemplo el yoga, no. Muchas veces se asimila al universo con iluminación, Zoroastro y esas cosas, pero la parte seria es más emocionante.

taranto dijo...

Me maravilló la segunda parte.
Gracias amigo.

Tomás David Rubio dijo...

Buen texto. Me gustó.

Martín Franco Vélez dijo...

Tómese otro, maifrén.

Olguet dijo...

La simultaneidad diversa y paralela le llamo yo. A mi me invade a veces la idea de que en el mismo instante en que pienso algo, debe haber otra como yo, pensando lo mismo y me dan ganas de tener el poder de sacar estadísticas mundiales inmediatas: cuánta gente está teniendo un orgasmo en este momento; cuánta gente acaba de exhalar su último suspiro, cuántos niños se acaban de caer en este preciso segundo y se rasparon la rodilla. Cuántos se acaban de chocar con una moto, y así sucesivamente...toda una cadena de ideas pendejas que no sirven para absolutamente nada pero me entretienen en los tiempos muertos de transporte público.

juankvillegas dijo...

Yo, como Olguet, pienso en esas mismas cosas, tal vez al mismo tiempo.

Aunque parece que mi cabeza es un toque más podrida, pues, además de los orgasmos, pienso en a cuántos estarán atracando en este momento, o matando, o se estarán ahogando, o quemando... y yo aquí, sin poder hacer nada... o sin querer hacer nada.

Jorge dijo...

Yo creo que eso sí sirve. Por ejemplo si me choco con una moto pienso: En este momento debe haber otro más embalado que yo, que depronto mató al de la moto. Pero también pienso: En este momento debe haber alguien muy tranquilo, por ahí estornudando sin problema.

Otra cosa que yo pienso mucho es: Cuánta gente estará pensando en algo que yo nunca voy a pensar? Por ejemplo: Axel Rose tal vez esté nervioso en este momento antes de salir a un concierto, pensando que tal vez habría sido mejor ser abogado.

juankvillegas dijo...

No estoy seguro de que alguien pueda pensar que hubiera sido mejor ser abogado... ni su equivalente en los demás idiomas...

Olguet dijo...

Juank: tendré que decir que sólo mencioné -por cierto sentido absurdo del recato- algunas de las ideas que se me cruzan en la cabeza. Valga decir que se me ocurren con demasiada frecuencia también, ideas "cochinitas".

Juanito: yo también suelo pensar, para consolarme de bobadas, que en ciertos momentos debe haber alguien mucho, mucho más embalado que yo.
Ahora, con el asunto de las profesiones lo que a veces pienso es qué hubiera sido mejor: ser una psicóloga que piensa mucho todo el maldito día sobre todo y todos y tiene conciencia plena de sí misma y del mundo, con el costo que esto conlleva, ó una perfecta ama de casa llena de hijos, que ni se cuestione ni cuestione mucho a los demás.

Jorge dijo...

Lo que pasa es que yo soy hincha de las causas que no son evidentes. Por ejemplo creo que las amas de casa sí reflexionan y se cuestionan aunque sea al son de "muy buenos días".

Si no fuera así no existirían amas de casa suicidas (ni desesperadas).

Maria Remilgos dijo...

A mí también me inquieta por estos días esto del "cambio de día". En este momento, por ejemplo, en Melbourne ya es mañana. Por eso hasta hace poco bromeaba con mis amigos diciendo que cuando mi novio llegara a Australia se iba a convertir, como por arte de magia, en un hombre adelantado a nuestro tiempo.

Jorge dijo...

Yo lo que creo es que como cuando allá es mañana, acá todavía es ayer, vas a poder corregir lo que él haga mal allá, en tiempo real de ayer (o sea hoy, acá).

Mejor dicho, cuando él la embarre allá mañana, va a poder decir: Entiéndase con mi novia que allá todavía es ayer y depronto podemos hacer algo, o deshacerlo.

S E B A S T I A N G O M E Z dijo...

Buena entrada Juanchito.
Cuando uno está por allá en otras latitudes que llega de día pero que uno está de noche y debería estar durmiendo o alistándose pa' dormir y donde está apenas son las 3 de la tarde, y es verano y ese calor tan hijueputa, y uno con mochila al hombro mientras que la gente de uno está durmiendo, seguramente soñando, al otro lado del mundo. La última vez que me pasó eso, todo el cuerpo me temblaba y comprendí porque mucha gente se suicida a causa del insomnio.