Una fracción de los hechos se pierde entre parpadeo y parpadeo





jueves, 8 de abril de 2010

La oreja de Van Gogh

Casi todo el mundo sabe que Van Gogh, desesperado, se cortó una oreja, la envolvió en un pañuelo y se la regaló a una amiga... Un gesto romántico, no cabe duda. Un acto dramático... Una escena de pasión: el pañuelo empapado en sangre, la confusión de los presentes, algún grito de pánico y una dama que no sabe qué demonios hacer con una oreja cuya cercenación debe de haber sido tan dolorosa, como incómodo el hecho de haberla recibido por regalo.

¡Una oreja!

La dama sonríe... la toma en sus manos; solloza... la besa; la acaricia... la mira con candor y finalmente la guarda en su cartera mientras piensa en un buen lugar para la extraña reliquia.

¿Dónde ponerla?

Hasta entonces había sido costumbre de los enamorados regalarse mutuamente mechones de pelo para ser eternamente recordados por sus amantes... bucles ensortijados, atados con cintas de colores guardados en los corpiños con suspiros que mediaban y que simbolizaban, de algún modo, la escencia portátil del amor.

Sin embargo, como es sabido, el pelo se regenera, vuelve a crecer. Las orejas no. Es por eso que aún se recuerda - no con menos controversia- el acto apasionado de Van Gogh. Es por eso que hay un grupo que se llama La oreja de Van Gogh y no El pelo de Clara ó Las uñas de Felipe... Al fin y al cabo, algún mérito debe tener el acto desprendido de mutilarse una oreja por su propia cuenta y medios. El mérito de haberlo hecho por esa vanidad sufrida que nace del desprendimiento.


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Este blog aboga por aquellos que quieren conservar sus orejas. Por aquellos que ante la inquietud de dar un buen regalo, las mantienen intactas y desfilan hacia la joyería, la floristería o la tienda de mascotas. Aquellos mismos que prefieren desprenderse de algo que vuelva a crecer... Un mechón de pelo, un juego de uñas, una cuenta bancaria.

En su honor, este blog cambia su nombre.

Por un día.

5 comentarios:

CARAPÁLIDA dijo...

jajajajajajajajajajajajajajajajajajaja

Unknown dijo...

Me encanta!!!

Ana María Mesa Villegas dijo...

y por qué volvió a cambiar de nombre?

Me encanta la idea de desprenderse de la cuenta bancaria que vuelve a crecer...

Jorge dijo...

Porque me volvieron a crecer las uñas...

juankvillegas dijo...

jajaja, muy bueno...