Una fracción de los hechos se pierde entre parpadeo y parpadeo





sábado, 19 de junio de 2010

200 personas graduándose

Ayer caminé 4 cuadras sin notarlo. Solo empecé a darme cuenta de lo que pasaba cuando vi a un tipo de gafas oscuras haciendo equilibrio en una cuerda. Se quitó los zapatos, se subió en el lazo que estaba amarrado de dos árboles y logró sostenerse por 20 ó 30 segundos. Después cayó al suelo.
Cayó parado y recibía contrariado, con vergüenza, los aplausos de una concurrencia de media docena de malabaristas en el Parque de la Gotera.


Entré a la Universidad. 200 personas se estaban graduando. Muchas mamás gorditas y orgullosas resoplaban un alarde simple, casi imperceptible. Algunos papás subían las escaleras del teatro con el brazo por encima del hombro de los recién graduados. Los más escépticos revisaban los diplomas, se hacían tomar muchas fotos. Algunas tías lloraban. Había también uno que se estaba graduando solo. Era de Vaupés.

Dos personas hablaban detrás de mí. -Se me olvidó toda la biología - A mí también.


Salí otra vez y caminé hacia el centro. Por la cuadra de La Normal estaba el perro sucio que le ladra a los taxis. En la esquina aparecieron 2 tipos. Uno era negro y llevaba un clarinete. EL otro era muy flaco y le hablaba al negro. Pensé que seguro ellos fueron bebés y van a estar muertos algún día, pero yo los vi hoy en esa esquina.


Tenía un guayabo horrible.

8 comentarios:

taranto dijo...

Llave:
Saludos desde Manizales.
Entro diario a your Blog.
Y vuestras líneas me amañan.
Suerte.

CARAPÁLIDA dijo...

Yo nunca he podido entender la naturaleza suicida de ese perro de la normal....
Es raro pero yo también pienso en que todo el mundo alguna vez fue un bebé y alguna vez se morirá...sobre todo cuando estoy en una buseta.

Jorge dijo...

En esa cuadra ha habido una dinastía completa de perros suicidas, aunque uno de ellos murió no en accidente de tránsito sino por una hepatitis mal cuidada por los malabaristas, que son los encargados.

Eso de andar en pañales y después morirse lo copié de un cuento, solo que no era tan bueno para citarlo y no fue textual, porque en el cuento hablaban de una vieja con unas piernotas que alguna vez había sido un bebé y después se iba a morir.

Taranto, yo también entro a su blog y me amaña por igual. Hace poquito viendo un partido me acordé de usted cuando el comentarista de Caracol dijo "se destapa Elano".

S E B A S T I A N G O M E Z dijo...

Juanchito pero ese recorrido que narrás ahí hace parte del Manizales Hipster?

Jorge dijo...

Por ahí pasan mucho los hipsters que están haciendo carrera.
Los hipsters que ya están en la cima, no.

S E B A S T I A N G O M E Z dijo...

Ayyy juanchio parce... Hoy me tocó vivir un episodio hipsteriano y me acordé de lo que hablaste de la "argentinización" del gusto. Y es que fui a donde una amiga y allá estaba otra amiga de ella que es como hipster, y mi amiga nos dijo que qué queríamos tomar, y la otra respondió. "¿No tienes mate?". ¿Muy Hipster? O es que yo ya estoy juzgando por cualquier güevonada?

Jorge dijo...

El problema es que yo no sé dónde empieza lo hipster y qué empieza donde termina lo hipster. Los límites del movimiento hipster, para mí, que no lo soy, son un misterio.

Jorge dijo...

Hay cosas que todo el mundo sabe que son hipster. Son las cosas que están plenamente aceptadas como tales, esas cosas que argentinizan, que afrancesan... Claro que los hipsters, con tino excepcional, le mezclan al afrancesamiento cosas criollas como bomba stereo, como Quiebracanto, como el amor por los Andes...

Las cosas que son difíciles de identificar son esas cosas que están en el extremo de salida o de entrada a la onda hipster. Esas cosas sobre las que los hipsters aún no se han pronunciado, sobre las que no han dado aceptación o manifestado rechazo.