Una fracción de los hechos se pierde entre parpadeo y parpadeo





viernes, 19 de julio de 2013

Ensayo académico

INTRODUCCIÓN

Hay un profesor que me parece muy güevón. En realidad me parece una güeva completa. Uno no debería decir estas cosas porque él ha sido cónsul general en Londres y yo me la paso rebuscándome contratos o asesorías en la jungla corporativa, pero digamos yo he visto en el campo gente que tiene una finca pequeña y es mucho más valiente y más honorable, o por lo menos menos agüevada, que gente que tiene una finca grande y van con la señora a hacerse el pedicure, y ni siquiera le dan propina a la estilista.

Es decir, este estudio apunta a demostrar que el éxito y el agüevamiento a veces van de la mano. Aunque a veces no.


MARCO TEÓRICO

Por ejemplo este profesor, como vivió un tiempo en Inglaterra, dice que está enamorado de todo lo inglés y se mantiene criticando a Colombia. Pero critica cosas de Colombia que a mi me parece que está muy mal criticar. Es decir, no critica a Bogotá, critica otras cosas de Colombia. 

Hace poquito criticó que un juez de aquí, lo ofició a él como cónsul en Londres para que resolviera un asunto con un juzgado en Inglaterra. Dijo que ese man (el juez), no sabía lo duro que es hablar con un juez de Inglaterra. Que un juez de Inglaterra no es como uno de acá. Que ya le va a llegar un cónsul de una banana republic y él le va a decir cómo le va, sígase, qué se le ofrece

Es decir, él cree que todos los colombianos debemos saber cómo funciona Inglaterra, solo porque a él le parece muy bacano Inglaterra. Claro que en el fondo es coherente, porque digamos todo lo que se pone se nota que lo trajo de Inglaterra. Son como unos vestidos azules de botones dorados y unas corbatas de mariposas que se le ven muy bonitas y que lo hacen ver menos colombiano. Es decir, él en un momento de su vida dijo uy es mejor uno no verse tan colombiano, y pues lo logró y le va bien con eso. Y a veces dice como unas frases en inglés que se le oyen todas lindas. Digamos cada rato dice a week in politics is a long time; y ahí mismo mira a una compañera del salón y le dice ain´t it, my darling?

CONCLUSIONES

Cuando estoy enfrentado a dilemas morales yo siempre pienso en mi familia. Por ejemplo hoy me preguntó una sicóloga que si yo me diera cuenta de que un compañero está haciendo fraude, lo delataría. Yo de una le dije que no, pero en serio no era por dármelas de héroe, es que casi ni lo pensé. Y no sé, pero yo a una sicóloga como que no soy capaz de decirle mentiras, y eso que me gusta mucho decir mentiras. Pero es que de verdad me caen muy mal los sapos y yo creo que es porque en mi familia siempre me regañaban cuando ponía quejas. 

Bueno, pero eso era para decir que yo me acuerdo de una enseñanza que me dio mi tío Manuel una vez en la finca de mi abuela. Esa finca era muy bacana. Era en clima muy frío y no había electricidad. Yo me acuerdo que tenía por ahi 8 años y salimos a darles vuelta a unos potreros a caballo. Allá trabajaban unos mayordomos que eran muy queridos. Uno de ellos se llamaba Orlando. Pues resulta que dando la vuelta por el potrero, se me reventó un estribo y se cayó en un charco. No importaba porque yo ni alcanzaba los estribos. Entonces Orlando me dijo tranquilo Jorge Andrés que yo ahora lo recojo. Ese potrero era muy lejos de la casa.

Cuando llegamos a la casa, el tío Manuel me vio bajándome del caballo. Yo me estaba bajando por el lado derecho, entonces me preguntó que si era que yo no sabía bajarme de un caballo. Yo como que no entendía. Entonces se acercó y me dijo que uno se bajaba por la izquierda, y ahí se dio cuenta de que no tenía el estribo izquierdo y que por eso me estaba bajando por la derecha. Me dijo que por qué no tenía el estribo y yo le dije que se me había caído pero que Orlando lo iba a recoger. Él me dijo que me devolviera por él, que quién dijo que Orlando estaba para recoger los estribos que se me caían a mi.

Yo me devolví, ya casi de noche, hasta el potrero donde se me había caído el estribo y lo recogí. Yo creo que por eso es que no me gusta cuando alguien dice A week in politics is a long time, ain´t it darling? 

jueves, 11 de julio de 2013

Ensayo académico

Últimamente tengo pegadas unas cosas que son como preguntas fundamentales, pero se me ocurren en el bus, en la carnicería o a veces por la tarde en la casa. Yo pienso que se me deberían ocurrir en un escenario más apropiado como un teatro, un ágora o por lo menos una capilla bien bacana. Pero se me ocurren es por ahí, entonces no les doy casi importancia; pero en serio que (lo digo con modestia), a pesar de lo simples, son tremendas preguntas.

Por ejemplo hay una que me parecería una buena pregunta para hacérsela a un man bien pensativo como Jesús. O a un loco, para que responda con sinceridad. La pregunta es ¿Qué es lo correcto?
Es una pregunta que está enfocada a identificar qué es lo que uno debería hacer todos los días cuando se levanta; algo que lo deje bien contento, que uno diga "uy sí, esto sí es lo que uno debería hacer todos los días". Mentiras que yo no creo que lo que uno haga lo tenga que dejar necesariamente contento, pero sí por lo menos lo suficientemente aburrido como para rebelarse un día y decir "yo parezco güevón haciendo esto todos los días", y entonces parar de hacerlo y ahí sí hacer lo correcto.